Los acúfenos son un síntoma, que consiste en la experiencia de percibir sonidos, que no provienen de ninguna fuente externa al cuerpo del paciente.
Estas percepciones auditivas (fantasma) se generan en algún sitio de la vía auditiva, en la cabeza o en el cuello, en los músculos, en los vasos sanguíneos, en alteraciones del metabolismo.
Los pacientes los describen de diversas maneras: como un zumbido, como un siseo, como el sonido de un insecto, como el sonido de una reactancia eléctrica, etc.
La palabra tinnitus es de origen latino (tinnire) y significa «tañir o sonar como una campana», es la palabra que se usa en Inglés para acúfenos (En español el término es acúfeno)
Hay muchas causas; de hecho cualquier patología del oído tiene a los acúfenos como síntomas asociados.
Las patologías que pueden causar acúfenos tienen un rango de severidad variable desde un simple tapón de cera a infecciones del oído y muy ocasionalmente tumores del nervio acústico (tumores benignos por cierto, que provienen de la capa grasa o mielina, que rodea al nervio acústico). Una de las causas más comunes es la exposición a sonidos excesivamente fuertes en el trabajo (músicos, trabajadores textiles, pilotos) o por sonidos de recreación (disparos, pirotecnia, música intensa). Ocasionalmente algunos problemas no asociados con el oído pueden causar acufenos como un trauma cefálico, los trastornos de la columna cervical (cuello) o de la articulación temporomandibular (la mandíbula).
También los acúfenos pueden ser causados por enfermedades cardiovasculares, alergias, alteraciones tiroideas, prediabetes disminución de los valores de zinc o vitaminas del grupo B, fijación por otosclerosis de los huesos del oído medio.
Existen más de 200 fármacos recetados y de venta libre que pueden ocasionar acúfenos como efecto secundario.
Hoy en día se estima que 50 millones de adultos norteamericanos presentan algún grado de acúfenos. De éstos un 6% (12 millones) lo padecen con una severidad intensa y solicitan atención médica.
Afortunadamente, para la mayoría (95%) los acúfenos no son más que una molestia.
En su presentación severa (5%), sin embargo, los acúfenos puede ser una condición inhabilitante, causando pérdida de concentración, problemas de sueño y alteración emocional.
Habitualmente se combinan con una pérdida auditiva o deterioro de la misma. Los acufenos pueden ser constantes o intermitentes y fluctuar de intensidad y tonalidad.
El verdadero mecanismo responsable de los acúfenos todavía no es conocido en todos los casos (hay varias teorías que los explican y que se ajustan bien a casos específicos, pero no todos los acúfenos tienen el mismo mecanismo que los genera).
Los acúfenos son un síntoma real, no imaginado, sabemos que algo funciona mal en los sistemas auditivo o nervioso, muscular o vascular. Hay actualmente trabajos de investigación que en un futuro podrán proveer de información necesaria para identificar sus causas.
En muchos casos, los acúfenos están asociado a alguna pérdida de audición. Por ejemplo, las personas expuestas con frecuencia a sonidos excesivamente fuertes pueden tener una pérdida auditiva en las frecuencias altas.
En general, en estos casos identifican sus acúfenos como un tono de sonido agudo, particularmente cercano a la región de la pérdida auditiva. Se dan, asimismo, casos de acufenos sin pérdida auditiva.
No. Los acúfenos son una indicación de que se ha producido un daño en el mecanismo de la audición, pero no significa que el paciente esté volviendo sordo. Los acúfenos no provocan pérdida de la audición (hipoacusia) pero frecuentemente una pérdida auditiva si causa acúfenos (aunque no siempre suceda esto)
No los acúfenos no determinan demencia, pero pueden acompañarse de sentimientos de tristeza, insomnio y depresión.
No, los acúfenos raramente se asocian a tumores (generalmente benignos del nervio acústico), excepcionalmente son secundarios a tumores malignos del encéfalo.
Un pequeño porcentaje de pacientes con acufenos también presenta una sensibilidad intensa al sonido conocida como hiperacusia o algiacusía. Este problema de tolerancia se encuentra tanto en individuos con pérdidas auditivas como en pacientes con audición normal o casi normal.
Se denomina hiperacusia a la sensibilidad aumentada a cualquier sonido, (que es mayor en el paciente que en las personas que no la padecen y toleran bien los sonidos).
Algiacusia o dolor ante el sonido, es un término específico, referido a una hipersensibilidad al sonido, que aparece a partir de cierta intensidad de sonido (no antes) y cuyo origen está en una lesión del oído interno (cocleopatía), la Algiacusia es la manifestación clínica de un fenómeno fisiopatológico denominado reclutamiento coclear.
Misofonia es la hipersensibilidad ante sonidos específicos, particularmente sonidos producidos por las personas (como masticar, sonarse la nariz, respirar, tragar saliva o alimentos, etc.), es una forma particular de la hiperacusia, relacionada solo con sonidos específicos, frecuentemente con audición normal.
La Fonofobia es un fenómeno psicológico/psiquiátrico, en el cual los pacientes tienen temor o aversión al sonido en general o a sonidos específicos, aun sin estar en contacto con los mismos (tan solo pensar estar expuestos a estos sonidos, les provoca un intenso sufrimiento emocional (fobia).
La hiperacusia (y sus variantes) pueden aliviarse con ciertos fármacos y con el uso razonable, pero no exagerado, de protectores de oído (tapones o auriculares) o encarando un tratamiento de desensibilización sonora, utilizando sonidos (para lo que se usa generalmente una banda ancha de sonido a nivel muy bajo. Si se aumenta el nivel de sonido progresivamente se ayuda a hacer menos sensibles los oídos a los sonidos.
Exponerse a sonido Intenso puede empeorar los acúfenos. Es muy importante, que si uno ya tiene acúfenos, tratar de evitar o disminuir exponerse a sonidos intensos.
Medicamentos ototoxicos. Muchos fármacos son ototoxicos que afectan al oído y pueden empeorar los acúfenos, Los pacientes deben informarles a sus médicos que padecen acúfenos, para evitar ser medicados con ototoxicos.
El alcohol/la nicotina/la cafeína, el mate pueden incrementar los acufenos, por ser estimulantes del sistema nervioso central y deben evitados o utilizados con prudencia.
Estrés. Los acufenos causan estrés y también el estrés puede provocar o aumentar los acúfenos Toda actividad para reducir el estrés, puede ayudar a romper este circuito. Las Terapias de relajación, el yoga, la meditación y el ejercicio pueden ser de utilidad.